La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) elaboró la Hoja de ruta mundial para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS2) sin superar el umbral de 1,5°C con el objetivo de eliminar el hambre y todas las formas de malnutrición sin superar el umbral de 1,5°C establecido por el Acuerdo de París. La hoja de ruta esboza una estrategia integral para los próximos tres años que abarca una cartera diversa de soluciones en diez ámbitos de acción distintos.
Desafía la narrativa predominante de que aumentar la producción es sinónimo de mayores emisiones y degradación medioambiental. En lugar de ello, hace hincapié en la oportunidad que tienen los sistemas agroalimentarios de mejorar la eficiencia de la producción al tiempo que se alinean con los objetivos de mitigación, adaptación y resiliencia climáticas.
La hoja de ruta identifica 120 acciones e hitos clave dentro de diez dominios, apoyados por pruebas recopiladas por la FAO a lo largo de varios años. Estos ámbitos incluyen la energía limpia, los cultivos, la pesca y la acuicultura, la pérdida y el desperdicio de alimentos, los bosques y los humedales, las dietas sanas, la ganadería, el suelo y el agua, y los datos y las políticas inclusivas, estos dos últimos identificados como facilitadores sistémicos generales.
En cuanto a la alimentación y la nutrición, marca el camino para eliminar la desnutrición crónica para 2030 y garantizar el acceso a dietas sanas para todos para 2050. Otros hitos incluyen reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita en el mundo para 2030 y actualizar las Directrices alimentarias basadas en los alimentos (FBSG) por países para proporcionar recomendaciones cuantitativas adecuadas al contexto sobre los patrones alimentarios.
La hoja de ruta también hace hincapié en la relación simbiótica entre la transformación de los sistemas agroalimentarios y las acciones climáticas, instando a la movilización de financiación climática para su aplicación.
Destacando una transición justa en su núcleo, la hoja de ruta prevé transformar los sistemas agroalimentarios de emisores netos a sumideros de carbono. Exige métodos de producción alternativos, pautas de consumo ajustadas, una gestión forestal refinada y tecnologías innovadoras como la captura de carbono.
Abogando por una optimización global de los recursos más allá de la producción de cultivos, el plan sugiere reequilibrar los patrones de consumo y promover dietas sanas para todos. Subraya que la adaptabilidad a contextos específicos es crucial, advirtiendo contra las soluciones únicas para todos.
El proceso, presentado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima COP28 como un paquete concreto de soluciones, se someterá a una amplia puesta a punto y elaboración durante los próximos tres años. LA COP29 profundizará en la adaptación regional y las opciones financieras, mientras que la COP30 esbozará paquetes concretos de inversiones y políticas a nivel nacional.
El texto anterior ha sido extraído de un comunicado de prensa de la FAO.